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Viñas Hay 13e viñas

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  • Acróbata

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    Historia de Acróbata

    Jaime Roselló, ha estado en el mundo de los vinos de gama alta durante varios años, trabajando en una viña familiar "Neyen" por mucho tiempo. Al cabo del tiempo decide hacer su proyecto, unido por sus amigos Patrick Valette, enólogo de grandes vinos en Chile y en todo el mundo, está lanzando su último sueño. Un espíritu nítido y ágil trae libertad a este nuevo vino. La combinación de las mejores uvas de todo Chile permite versatilidad y dinamismo. 

    Una de las peculiaridades de Acróbata es que no se sitúa en un enclave en particular. Se trata de un proyecto itinerante, que viaja a través de la geografía chilena en busca de las mejores vides, los mejores terruños y las mejores uvas para conseguir unos vinos tremendamente expresivos y fieles a la filosofía de Roselló.

    El desafío de Jaime: Hacer que los amantes del vino lo descubran y se sorprendan. El resultado ... un vino joven y alegre, fresco y elegante, incluso suave.e pero valiente y audaz. Un vino con una razón para existir.

     Jaime

  • Armidita

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    Historia de Viña Armidita

    Armidita es una Viña familiar, que tiene sus inicios con su primer propietario, Don Nicolás Naranjo quien en el año 1873 construyó el Canal Armidita de 14 kilómetros de largo. Éste permitió la formación del fundo donde se plantaron 250 hectáreas de viña, para ello vino un vinicultor especialmente de España con cuya cooperación se sacó el famoso vino Armidita. El nombre fue dado en homenaje a la pequeña hija de Don Nicolás llamada Armidita quien murió a la edad de 11 años.

    Junto a Domingo Concha y Toro, Ismael Tocornal y Domingo Errázuriz, entre otros fue considerado como uno de los pioneros de la actual vitivinicultura chilena, en aquellos años ser dueño de una viña pasaba a ser, más que un negocio, una especie de distinción social, puesto que permitía figurar en los grandes torneos de las exposiciones  mundiales de vinos, incluso produjo un vino que obtuvo el Primer Premio en una exposición en París Francia en 1888. El vino producido con las cosechas de sus plantaciones de viña también recibió el nombre de Armidita, el que  se hizo famoso no solamente en el ámbito nacional, sino también internacional.

    Luego de Don Nicolás pasaron 2 dueños antes que Don Gudelio Ramirez Muñoz atraído por los fértiles Valles del Huasco, decidió hacer su historia junto a su esposa Violeta Ibarbe en la hacienda Armidita el año 1972, quienes, siguiendo la tradición de los antepasados de Violeta donde ella conoció el oficio trabajando junto a su padre en las labores de campo y vinificación comenzaron con la elaboración de Pajarete.

    Actualmente Gudelio junto a sus hijas Sandra y Cecilia, comparten su pasión por la elaboración del vino pajarete y una filosofía de esfuerzo por alcanzar la excelencia vitivinícola.  Es así como después de muchos años de tradición y sin conocimientos técnicos expertos en el año 2010 comenzó un arduo trabajo por tecnificar sus vinos, logrando así unir conocimientos especialistas otorgados por la Universidad de Chile y la gran experiencia vitivinícola que acompañaba a la familia. Obteniendo con su cosecha 2011 su primera Medalla de Oro con 97 puntos “Guia Palacio de Hierro de los mejores vinos iberoamericanos 2013” y Medalla de Bronce Annual Wine Of Chile Awards January 2013, en su 10 versión, cata realizada por jueces asiáticos y Chilenos.

    Foto Armidita

  • Bowines

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    Historia de BOWines

    Surge en el año 2012 por el deseo de desarrollar la pasión por el vino a través de la búsqueda de variedades de uva y zonas que permitan producir vinos modernos, con personalidad y máxima calidad.

    BOWines mantiene un respeto y compromiso absoluto por la naturaleza, desarrollando una viticultura que logre mantener y sustentar los distintos “terroir” chilenos. Además, BOWines entiende que la producción de vinos debe ser una manifestación de cultura y expresión del ser humano, por este motivo, mantiene un compromiso especial por apoyar la difusión y desarrollo de todo tipo de manifestaciones artísticas. La experiencia y conocimiento en el desarrollo de vinos de excelencia es su mayor fortaleza.

    Esta experiencia se sustenta sobre los conocimientos adquiridos por el enólogo a lo largo de su vida profesional tanto en Chile como en Europa donde vivió por más de una década.

    Su pasión:

    Producir vinos de calidad  con respeto y sentido de origen. “El vino debe ser expresión del viñedo y su entorno”.

    Su compromiso:

    Son productores a “Escala Humana” participan activamente desde el cultivo de la vid hasta el embotellado. Cuidan los recursos naturales, se comprometen por el medio ambiente y por la preservación de viñedos patrimoniales.
    BOWines entiende que la producción de vinos debe ser una manifestación de cultura y expresión del ser humano, por este motivo, mantiene un compromiso especial por apoyar la difusión y desarrollo de todo tipo de manifestaciones artísticas.

    Su fortaleza:

    Junto con la experiencia del enólogo Alvin Miranda está un grupo de trabajo de primer nivel liderado por los socios de Bowines que junto a los colaboradores, profesionales y artistas terminan por completar el proceso productivo y comercial de sus vinos.

    Quiénes son?

    Socios, colaboradores, artistas y profesionales.

    “Son una empresa que está conectada con la naturaleza y las personas a través del vino y el arte, acaban de abrir un libro en blanco que se escribirá con las vendimias, el proceso de vinificación y al descorchar sus botellas, con cada conversación y sentimientos materializados en la música y el arte, tendrán una experiencia que hará un producto de excelencia y calidad.”

    Al equipo de trabajo lo une un espíritu inquieto, que les impulsa a asumir retos nuevos donde poder expresar toda su creatividad y personalidad.

    Foto Alvin

    Viñedos de BOWINES

    Para BOWines los vinos deben ser un reflejo de la naturaleza, expresión de un momento único que combine “terroir”, conocimiento y creación con el objetivo de obtener un vino de máxima calidad.

    Para conseguir ese objetivo, están en constante búsqueda de zonas y variedades de uva; obligándose a trabajar con superficies de viñedo pequeñas y limitadas que les permitan controlar todas las etapas de la viticultura, la vinificación y la crianza.

    El primer vino nace de un terroir único, que combina toda la expresión de la variedad Carignan unida a las características únicas de “El Peumal» en el Valle del Maule.

    Además, actualmente trabajan con un pequeño viñedo de Lolol en el Valle de Colchagua  donde cosechan  Malbec y el Cabernet Sauvignon de Alto Cachapoal que  entrega fruta de alta calidad.

  • Butron Bunidich

    Butron Bunidich

    BUTRON BUNIDICH

         A inicios del siglo XX, una familia europea se estableció en la ciudad de Rancagua, en la Provincia de Cachapoal, Chile. En la década de 1930, esta familia inició su incursión en la industria vitivinícola de la región, una tradición que sus descendientes han continuado hasta la actualidad. Los mismos viñedos utilizados hace 70 años para producir los primeros mostos de la región siguen siendo cultivados hoy por los hijos y nietos de aquellos pioneros.

         El respeto por el rol fundamental que sus antepasados jugaron en su formación técnica y humana es evidente en esta familia. Tras cuatro generaciones, permanecen estrechamente vinculados a la industria vitivinícola chilena, combinando la vasta experiencia transmitida por sus padres y abuelos con la energía y modernidad de la juventud del siglo XXI.

         Los primeros vinos elaborados por esta familia en Rancagua tenían como propósito abastecer a los ciudadanos locales. Estos compraban el vino en grandes cantidades para el consumo familiar anual, en fudres de entre 800 y 1500 litros, y lo retiraban periódicamente en botellones de 15 o 5 litros. Con el tiempo, la venta se amplió a envases de 10 litros (chuicas) o de 5 litros (garrafas), convirtiéndose en una costumbre local acudir a la bodega para comprar directamente el vino. En los años 60, comenzaron a vender el vino en botellas de 1 litro y 750 cc, facilitando así su manejo y transporte.

         Entre las marcas comercializadas localmente destacaron San Gerardo, Santa Eugenia y Los Molinos. Con el cambio de siglo, la familia emprendió un proyecto de modernización, introduciendo nueva tecnología, una nueva bodega y marcas con una imagen acorde a productos Premium, dirigidos al mercado internacional y a los paladares más exigentes del mundo. Estas nuevas marcas reflejan la pureza de la naturaleza chilena, simbolizada por las montañas, y la pasión de la gente por lo que hacen y aman.

    UBICACIÓN

         La familia se encuentra en una de las mejores zonas para producir vinos de alta calidad. Ubicados en el valle de Cachapoal, en las subregiones de Rancagua y Requínoa, disfrutan de un clima mediterráneo y un terroir que proporcionan a sus viñedos todo lo necesario para crear grandes vinos. La alta amplitud térmica, influenciada por el frío oceánico y la imponente cordillera de los Andes, permite la maduración óptima de las uvas, desarrollando vinos con gran tipicidad en cada cepa.

         Además, los viñedos situados en el Valle de Itata, en la Región del Sur, aportan características distintivas gracias a su clima frío, lo que potencia y realza las uvas mejor adaptadas a estas condiciones. Esto permite a la familia volver a los orígenes de la vitivinicultura chilena, aprovechando las particularidades de estos climas para producir vinos únicos.

    VIÑEDO

         La familia ha comprendido que el viñedo devuelve el cariño que se le brinda. Creen firmemente que la clave para obtener grandes vinos radica en las uvas con las que se elaboran. Por ello, dedican meticuloso cuidado a sus plantas desde la poda hasta la cosecha. Además, mantienen un estricto control hídrico, potenciando así el resto de los manejos culturales realizados.

    Poseen cuatro viñedos en el Valle de Cachapoal: Los Molinos Quemados, Tuniche, La Torre y Las Rosas. Cada uno de estos viñedos presenta diferencias particulares, como su proximidad a la cordillera de los Andes, el tipo de suelo y las condiciones térmicas estivales, lo que permite obtener uvas con características únicas en cada caso.

    BODEGA

         La bodega de la familia se encuentra estratégicamente cerca de sus viñedos, garantizando que las uvas lleguen en perfecto estado para aprovechar al máximo sus características. La misión de la bodega es transformar estas uvas en los mejores vinos, maximizando el potencial de los viñedos.

         Para lograr esto, combinan la tradición de antiguas vasijas con la tecnología del acero inoxidable y maquinaria de punta. La producción de sus vinos se realiza con el compromiso de mantener la tradición familiar de cuatro generaciones, empleando las técnicas de vinificación más modernas y preocupándose por mantener un planeta limpio para las futuras generaciones.

    TECNOLOGÍA

         La familia cuenta con los mejores elementos técnicos para elaborar vinos de alta calidad. Una vez que las uvas alcanzan su madurez óptima, son cosechadas manualmente y llevadas a la bodega. Las bandejas o bins que contienen la fruta se descargan en la moledora, que separa suavemente las bayas de sus escobajos, evitando así sabores herbáceos en los vinos. Aquí comienza el proceso dentro de la bodega: las uvas se dirigen a la prensa en el caso de los vinos blancos o a la maceración pre fermentativa en los estanques para los vinos tintos, para luego continuar en ambos casos con la fermentación alcohólica.

         A partir de ese punto, la maduración del vino dependerá de las características finales deseadas para cada producto, pudiendo ser almacenado en cubas de acero inoxidable o en barricas de madera. Antes de ser embotellados, los vinos pueden ser estabilizados en frío y filtrados para eliminar microorganismos y asegurar sus características después del envasado.

         Durante todo el proceso de elaboración, se utilizan equipos y maquinarias de última generación que, junto a métodos más tradicionales, aseguran un resultado final exitoso. Un control cualitativo riguroso por parte del laboratorio y el equipo humano garantiza la transformación de la uva en vino de alta calidad.

  • Casa Done

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    Historia de Casa Done

    DONE comenzó con la asociación de dos parejas; los reconocidos enólogos Felipe García y Constanza Schwaderer y el comercial Mauricio Figari  junto a su señora Marisol Troncoso

    En conjunto decidieron que harían la cepa favorita de los cuarto, el pinot noir, un sauvignon blanc por ser una de las cepas más vendidas y una mezcla tinta por la múltiples opciones de promocionarlos.

    Posterior a eso decidieron empezar a trabajar el Carmenere y el Cabernet Sauvignon

    Constanza Schwaderer y Felipe García, una pareja de enólogos que han logrado gozar de reconocimiento e independencia. Con una trayectoria de más de quince años en la industria nacional, son también parte del génesis del Movimiento de Viñateros Independientes, MOVI, promotor de vinos hechos a escala humana.

    La experiencia viñatera depositada en Done, goza de un reconocimiento nacional e internacional por expertos del rubro. Constanza es experta en Pinot Noir. Felipe, por su parte es experto en Sauvignon Blanc. Done se trata de una marca que reúne perfiles simples, pulcros y elegantes.

    enologos casa done

  • Corral Victoria

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    Historia Corral Victoria

    Sólo Carmenere de Maule. Simple tradición chilena.
    Esta bodega familiar fue fundada en 1995, con la plantación de viñas Carmenere. El objetivo principal es producir bonitos Carmeneres en las estribaciones andinas del Valle del Maule, un área caracterizada por la frescura y concentración de uvas de madurez lenta.
    Hacen dos tipos de Carmenere, un vino de seis meses y uno con  barril de roble de doce meses de edad que son principalmente disfrutados por el mercado chileno y Costa Rica.
  • Erasmo

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    Historia de Erasmo

    La Bodega de La Reserva de Caliboro, fue construida al final del siglo XIX como bodega de vinificación.

    Fue concebida con una estructura de muros espesos de adobe que se abren con elegancia hacia los fundos que la rodean, en tres grandes y altas naves, en una óptica que, en aquellos tiempos, buscaba conseguir el ambiente más apto para la elaboración de vinos.

    La Bodega se utilizo para la elaboración de vinos hasta los años ochenta.

    Hay numerosas anécdotas , entre ellas se cuenta que Don Chindo, un lugareño a cargo de la bodega, era tan flaco que podía entrar en las cubas para limpiarlas , o que Don Fernando Solar Manzano, un antiguo dueño del fundo, solía dejar una lechuza blanca viviendo en la bodega. Las lechuzas blancas por generaciones cuidaron la Bodega de todas infiltraciones «ratoneras».

    Por su especial atmósfera casi mística fue lugar ideal para celebrar fiestas importantes, como también el matrimonio de la hija mayor del mismo Don Fernando.

    Después de algunos años de inactividad vitivinícola, en el año 2005 el Conde Francesco Marone Cinzano, posteriormente a la creación de la Reserva de Caliboro, quiso rehabilitar totalmente esta imponente estructura con un ambicioso proyecto.

    Buscó, a través de la conservación y recuperación de la estructura, rescatar un símbolo emblemático del patrimonio cultural chileno campestre de la zona, con especial respeto al ambiente natural que la rodea, solo añadiendo en su interior las más modernas técnicas de vinificación importadas desde Italia.

    Este mezcla de antiguo y moderno hace de la bodega un lugar que completa y enmarca un proyecto apasionante de estricta y disciplinada búsqueda de calidad en la elaboración de vinos de superiores, donde, justamente, se encuentran fundidos el aporte histórico de una familia que tiene experiencia secular en el mundo de la vinificación junto con una constante búsqueda y atención para los mas recientes aportes del know how en este sector.

    Bodega Erasmo

    Erasmo es el nombre de un Agricultor de la zona de Caliboro quien  ayudó al Conde a entender el clima y las peculiaridades de ese antiguo terruño. Caliboro, nombre de época pre-colombina, fué colonizado por los Conquistadores y hoy en día produce vinos aclamados internacionalmente y que demuestran al mundo todo el potencial de la más antigua y más tradicional zona vitivinícola del Pais.

  • Flaherty

    Flaherty Wines

    Historia Flaherty

    Ed Flaherty y Jenny Hoover, ambos de California, llegaron a Chile en 1993 con la intención de trabajar una vendimia, y se quedaron. En el país encontraron que tiene un clima excepcional para la viticultura, produciendo fruta madura con taninos suaves y sabores primarios intensos a fruta.

    Desde su llegada, Ed ha trabajado con algunas de las viñas más destacadas del país, como Cono Sur, Errázuriz y Tarapacá. Como enólogo ejecutivo, pasaba más tiempo en la oficina y el laboratorio que en la bodega. Creó Flaherty Wines en 2004 para trabajar más directamente en el proceso de enología. Flaherty es una de las pocas viñas boutique en Chile. Comenzó produciendo 1200 botellas de una sola mezcla en 2004, creciendo hasta alrededor de 40.000 botellas en 2016, que incluye tres ensamblajes de Aconcagua y Cauquenes. La mitad de la producción se vende en Chile, y el resto se exporta a Alemania, Brasil, Corea y Estados Unidos y Costa Rica.

    Hoy en día, hay cada vez mas viñas boutique en Chile, donde la industria local tradicionalmente ha sido dominada por algunos grupos corporativos. Sin embargo, en los últimos 10 años, el mercado ha acogido a varios proyectos tipo pyme. Flaherty Wines es uno de los miembros fundadores del Movimiento de Viñateros Independiente (MOVI),un grupo gremial para viñas chicas que cuentan con la participación directa de los dueños. Entre otras actividades, se organiza una feria de vinos anual, el MOVI Night, en Santiago en noviembre de cada año.

    Aunque se dice que la enología es un arte, de hecho el vino se hace para consumir—y pocas veces se toma solo. Por eso, mientras que Ed está en la bodega trabajando con las mezclas, Jenny se encuentra en la cocina, preparando algo rico para las visitas o el equipo. 

    Foto FLaherty

  • La Recova

    La Recova Logo

    Historia de La Recova

    Viña La Recova es una viña boutique que produce vinos a escala humana a partir de una única variedad, el Sauvignon Blanc. Sus vinos son el reflejo de la tierra y sus viñedos poseen características únicas. Algunos de los atractivos de visitar Viña La Recova son que el visitante es recibido en la propia casa donde vive el productor, que es posible observar y entender el proceso de vinificación a pequeña escala y la belleza del lugar que se ubica en el rincón más remoto del Valle de Casablanca.

    Foto David

  • Las Runas

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    Historia de Las Runas

    Viña Las Runas viene al rescate del lado místico del vino para aportarlos a nuestras vidas a ratos tan acelerada, racional y concreta.


    Quiere recordarnos que más allá de los puntajes, concursos y evaluaciones el vino es gusto, son personas y principalmente un catalizador de momentos!
    Rescatamos la mitología ancestral vikinga como tema y te invita a relajar con una copa de los vinos acompañado por el oráculo que te trae un mensaje.

    Héctor es un profesional con más de 15 años de experiencia en el rubro vitivinícola. Estudio Agronomía en la Universidad del Mar y se encantó con el mundo del vino y, más específicamente, con el arte de hacerlos.


    Realizó vendimias en importantes bodegas en Estados Unidos como Franciscan Estate en Napa Valley y Estancia Winery en el Valle de Monterey, California.


    De vuelta a Chile desempeñó su actividad en los Valles más importantes del país, conociendo en profundidad los diferentes orígenes, cepas y expresiones de cada uno. Es así como trabajó en Viña Veramonte (Valle de Casablanca), Viña San Rafael (Valle de Casablanca y Colchagua), Viña las Chilcas (Valle del Maule) y Viña Quintay (Valle de Casablanca), además de haber asesorado a otras Viñas Chilenas.

    Banner Runas

  • Laura Hartwig

    Logo Laura Hartwig

    Historia de Laura Hartwig

    Todo comenzó en 1966, cuando Laura Bisquertt heredó el fundo “Santa Laura” de su padre, Osvaldo. Él lo adquirió en 1928 y como era tradicional en la zona en esa época, se dedicaba a los cultivos anuales y la ganadería.

    Entre 1966 y 1971, su marido, Alejandro Hartwig C., compró parcelas colindantes y administró el campo, manteniendo su explotación en base a cultivos tradicionales y lechería.

    En 1971, decidió buscar nuevas opciones laborales en el extranjero y es así como se hizo cargo de las oficinas de la empresa farmacéutica alemana Boehringer Ingelheim, en Montreal, Canadá.

    Vivió en Canadá con su familia durante 10 años y a raíz de realizar cursos y múltiples viajes a EE.UU. y Europa, Alejandro se convierte en un gran aficionado y conocedor de vinos. Percibió la creciente demanda por las variedades francesas clásicas en Norteamérica junto con el aumento de consumo de vinos del Nuevo Mundo, y relacionó las excelentes condiciones climáticas del Valle de Colchagua para desarrollar lo que él con Laura se plantearon como su “Proyecto de Jubilación”.

    Comenzaron a plantar el campo en 1978 con cepas bordelesas y vendían su uva de alta calidad a grandes viñas. En 1994 construyeron la bodega y en 1995 lanzaron su primer vino Laura Hartwig, con un Cabernet Sauvignon Reserva que dio mucho de qué hablar.

    Hoy, son los hijos de Laura y Alejandro quienes están a cargo de este maravilloso campo y se esmeran en producir vinos con los mismos principios que sus padres les inculcaron.

    Viticultores Laura Harwig

    Viñedos de Laura Hartwig

    Viña Laura Hartwig está ubicada en el corazón del Valle de Colchagua, a pasos de Santa Cruz.

    Son 145 hectáreas (358 acres) plantadas con cepas como Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Carménère, Malbec, Syrah y Petit Verdot. Los primeros viñedos fueron plantados en 1978, que también incluían Chardonnay. Desde entonces, han ido gradualmente aumentado la superficie plantada.

    Las cepas Bordelesas se han adaptado naturalmente al terroir de Colchagua y prosperan en la región, ofreciendo vinos de gran carácter varietal. El valle es conocido como el hogar del Carménère, la variedad perdida de Burdeos y emblemática de Chile, la que se ha dado particularmente bien al viñedo.

    Los suelos del campo han sido formados bajo condiciones de lenta sedimentación lacustre. Son suelos planos, profundos, de texturas franco arcillosas en sus estratas superficiales y arenosas en profundidad.

    Alejandro Hartwig es viticultor y ve personalmente el cuidado de las parras. Para él, los vinos reflejan la evolución del trabajo realizado en el viñedo a través de los años, ya que luego de pruebas y errores, pudo ir mejorando la orientación, densidad y técnicas de irrigación en todo el campo.

    Un clima temperado, suelos arcillosos y un equipo humano de larga trayectoria,  han permitido un desarrollo sustentable y amigable manejo agrícola. Aunque no certificados, hacen una viticultura de bajo impacto.

    Bodega de Laura Hartwig

    Cuando decidieron producir los vinos Laura Hartwig, querían resguardar la calidad cada paso de la vinificación. Por eso, en 1994 construyeron una bodega con 140.000 L de capacidad. La construcción se diseñó bajo los conceptos de arquitectura clásica de la zona con el fin de conservar las tradiciones locales.

    Cuenta con un proceso linear que permite cuidar las uvas durante todo el proceso enológico y debido al éxito que han tenido nuestros vinos, aumentamos la capacidad a 390.000 litros.

    Trabajan con tanques de acero inoxidable, vasijas de greda y huevos de cemento, que redondean muy bien los vinos.

    La sala de barrica tiene un control de temperatura y humedad natural, ayudando a los vinos a que se envejecen principalmente en barricas de roble francés y obtener más complejidad y la redondez que los clientes alaban.

  • OWM Wines

    Logo OWM

    Historia de OWM Wines

    Jaime Nuñez y José Antonio Bravo son primos de segundo grado, cuyas madres estudiaron juntas en Osorno. Años después se reencuentran en Santiago, mientras una de ellas trabajaba y la otra estudiaba. Es así como como cada una forma su familia creando este lazo entre sus hijos.

    Pasados los años, se vuelven a reencontrar estos primos, ambos viviendo en el valle de Colchagua, uno como enólogo y el otro como viticultor, fue entonces cuando se empezó a conversar y tímidamente en la vendimia 2011 se vinificaron 2 barriles de Carmenere de forma muy rudimentaria resultando un vino de muy buena calidad. Esto motivó a producir mas, de forma artesanal, apuntando siempre a obtener calidad. En el 2013 se hizo vino en una bodega externa, produciendo 5 barriles. En 2014 se inaugura una pequeña bodega de adobe, realizando la primera vendimia en ella, criando un total 17 barriles.

     

    Los vinos 2013, fueron embotellados en agosto 2014, dando inicio al primer embotellado y primer desarrollo de etiqueta bajo el nombre de OWM, nombre de la sociedad entre ambos.

    El enfoque es la producción de vinos de alta calidad, buscando expresar lo más característico del terroir del cual provienen. Para ello realizan trabajos específicos al viñedo cuidando durante todo su proceso las condiciones y labores que aseguren una óptima calidad. Además quieren que la gente pueda participar de forma más activa, para ello han abierto las puertas de la bodega y del viñedo para compartir experiencias, acercando de esta manera más a las personas a todo lo que involucra a la producción y elaboración de un vino hecho por sus dueños.

    Sus productores:

    Jaime Nuñez Sunkel, Ingeniero Agrónomo – Viticultor, formado en la Pontificia Universidad Catolica de Chile con un Master en Viticultura en la misma casa de estudio, vasta experiencia en viticultura, profesional que se desempeña como gerente agrícola de un proyecto familiar en Santa Cruz, cuarta generación de la familia. Proyecto comprende la producción de uva vinífera como principal cultivo. Se destacan las variedades como Petite Sirah, Petit Verdot, Tempranillo y Malbec y variedades más tradicionales como Cabernet Sauvignon, Merlot, Carmenere y Syrah. Proyecto incluye además frutales menores como arándanos y no tradicionales como pistachos y granadas.

    Jaime Núñez  

    José Antonio Bravo von Bischoffshausen, Ingeniero Agrónomo – Enologo, N° reg. 871, formado en la Universidad de Chile, vasta experiencia en la enologia, en sus comienzos trabajo en Concha y Toro, Undurraga, Haras de Pirque. Luego se traslada a Mendoza – Argentina, trabajando para Kendall Jackson durante 3 años siendo trasladado a California para ser parte de un equipo enológico durante los siguientes 3 años. Retorna a Chile en el año 2006 para ser parte del equipo enológico de Viñedos Orgánicos Emiliana, como enólogo encargado de Bodega Los Robles, produciendo la línea de vinos Coyam y Ge, vinos orgánicos y biodinámicos. A incursionado en asesorias enólogicas en diversos lugares como la VI-VII y VIII regiones con especial interés en pequeños productores de vinos boutique.

    Jose Antonio Bravo

    Bodega de OWM Wines

    La bodega la construyeron al interior de la bodega agrícola del predio de donde obtienen las uvas. Se construye a partir de materiales reciclados principalmente. Reutilizan un muro de adobe de la bodega agrícola más antiguas del predio que colapsó con el terremoto del 28 de febrero 2010. Las propiedades aislantes de este material lo hacen un excelente complemento para la crianza y guarda de los vinos, además, la equiparon con un climatizador compacto, asegurando de esta manera que las temperaturas sean las óptimas para cada etapa de su elaboración.

    La bodega descansa en su estructura de perfiles de fierros de segunda mano, se equipa con iluminación led  y agua potable. Su puerta principal es de raulí y fue recuperada de una demolición la cual fue restaurada por un antiguo artesano del sector.

    Bodega OWM

    Viñedo de OWM Wines

    El viñedo de donde obtenemos nuestras uvas se encuentra a 15 km al SO de Santa Cruz, en un valle de régimen secano, sus suelos son de origen grano diorita, característicos por poseer un mayor porcentaje de limo sobre las arcillas. Dado esto es posible encontrar diferentes niveles de toscas en la medida que se aumenta en pendiente. Sus quebradas se caracterizan por ser de origen coluvial. Los viñedos poseen exposición norte, donde se observan suelos menos alterados que aquellos que poseen exposición sur.

    Durante la temporada realizamos trabajos específicos a nuestras hileras, como raleos y deshojes, lo que nos permite obtener un producto de alta calidad en cosecha.

  • Ravanal

    RAVANAL

           Mario Ravanal, fundador de Viña Ravanal, ha dedicado más de 90 años a su viñedo, viviendo una vida profundamente vinculada a la viticultura. Nacido en Ligüeimo, un pequeño pueblo agrícola en el corazón de la zona vitivinícola de Chile, en 1926 o 1927, creció con un amor por el campo inculcado por su padre agricultor. Desde joven, Mario mostró un interés particular por la agronomía, lo que lo llevó a estudiar esta carrera en la Universidad de Chile. Posteriormente, se especializó en enología y vitivinicultura en las prestigiosas universidades de Montpellier y Burdeos en Francia, ampliando sus conocimientos y perfeccionando sus habilidades.

           En 1965, durante una visita a sus padres, Mario descubrió un hermoso terreno en venta en la comuna de Placilla. Motivado por la producción de viñedos ya existente en el área, decidió comprarlo y establecer lo que hoy es Viña Ravanal. Este viñedo cuenta con viñas de más de cien años de antigüedad, lo que le confiere un valor incalculable y una rica herencia vitivinícola. Con el paso del tiempo, sus hijos, Carmen Paz, Pía y Mario Sebastián, se unieron a él en la viña, aportando juventud, fuerza e innovación, mientras mantenían viva la tradición familiar.

           Los vinos de Viña Ravanal se benefician de un terroir y microclima únicos, que permiten producir vinos finos, de sabores frutales y de maduración lenta. La bodega de Viña Ravanal, una de las más antiguas del Valle de Colchagua, ha sido testigo de los 60 años de dedicación y esfuerzo de Mario. El proceso de producción incluye cosecha y selección manual, combinada con tecnologías avanzadas y maduración en barricas de roble francés y americano, resultando en vinos excepcionales, sofisticados y elegantes, con gran carácter frutal, excelente cuerpo, complejidad e intensidad.

           Mario invita a todos a disfrutar de sus vinos, que son el resultado de la combinación perfecta entre la experiencia enológica, la tradición familiar y el arduo trabajo diario de un gran equipo. Cada botella cuenta una historia de pasión, dedicación y amor por la tierra. Bienvenidos a Viña Ravanal, donde cada sorbo es una celebración de la vida y del arduo trabajo de generaciones.

    UBICACIÓN

    Don Mario Ravanal, con gran visión, escogió el Valle de Colchagua como el lugar perfecto para iniciar la tradición del estilo Ravanal. Esta región, favorecida por su clima y características geográficas, sigue siendo ideal para la producción de uvas con gran potencial enológico.

    Los viñedos de Ravanal se encuentran en Placilla, una localidad marcada por la presencia de cordones cordilleranos transversales al norte y al sur, entre los cuales fluye el río Tinguiririca. Estas condiciones geográficas contribuyen a una moderación de las temperaturas y una excelente oscilación térmica, permitiendo el cultivo de uvas de alta calidad. Esto resulta en la producción de vinos tintos robustos, con excelente cuerpo y gran persistencia, así como vinos blancos elegantes, de intensa aromaticidad.

    VIÑEDO

    El estilo de Viña Ravanal surge de una notable experiencia en la elaboración de vinos finos de calidad superior, siendo una de las pocas viñas con viñedos de más de cien años de antigüedad, ya en producción cuando la familia Ravanal se estableció en esta área.

    Estos viñedos centenarios tienen una baja producción, lo que permite que las uvas maduren lentamente y logren una gran concentración. Esto resulta en vinos sofisticados y elegantes, con un gran carácter frutal, excelente cuerpo, complejidad e intensidad. Las diversas variedades de uva se plantan en parcelas específicas según el tipo de suelo y meso clima particular, para resaltar lo mejor de cada cepa.

    Las uvas de sus propios viñedos, tras una cosecha planificada y cuidadosa, son procesadas y transformadas en un producto único y distintivo con el sello Ravanal. La combinación de viñedos, bodega y personal en un mismo lugar permite expresar un terroir único en sus vinos.

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